23 de febrer del 2009

Ante la crisis - Reflexión y acción

Estamos delante de una crisis diferente a todas las que hemos vivido anteriormente, de las que podíamos extraer experiencias para actuar en una determinada dirección, pero no por ello nos tenemos que cruzar de manos y ser meramente espectadores y tertulianos de la situación.
Debemos hacer todos, eso sí, una reflexión importante que nos permita reconducir determinados hábitos y formas de vida, sin renunciar a la legítima aspiración de tener una mejor calidad de vida, pero a través de valores tan sólidos como los del sacrificio, el esfuerzo, el trabajo, el tesón, la responsabilidad, la corresponsabilidad, la confianza en nuestras posibilidades... y recuperar estímulos que teníamos dormidos.
No sabemos cuánto va a durar este proceso, cuándo iniciaremos una recuperación, pero hay que tomar medidas en diferentes direcciones. No es momento del lamento, es el momento de iniciar un proceso de cambio, y éste debe hacerse con medidas concretas que palien en parte la pérdida de puestos de trabajo y sus correspondientes consecuencias.
En esta línea, los gobiernos locales pueden contribuir a reducir su impacto, pero no disponen de instrumentos suficientes para ello. Ni el propio Gobierno del Estado tiene recetas mágicas, pero sí voluntad de ir construyendo pilares para iniciar un cambio de signo económico.
Los Fondos Estatales de Inversión, como otras medidas adoptadas por el Gobierno en los últimos meses, son elementos puestos a disposición de diferentes Entes Públicos y Privados encaminados a crear directa e indirectamente puestos de trabajo, a solventar liquidez en les Empresas y Entidades Financieras y a suavizar las situaciones económicas individuales, que deberían contribuir a crear confianza en nuestro futuro.
Nuestro futuro no está en el cambio de signo económico, ni tampoco solamente en un cambio de modelo económico con más control e intervención de los poderes públicos, sinó en la educación de las personas, para capacitarlas para aprovechar mejor el desarrollo sostenible y global del planeta.
Comparto las opiniones de Amartya Sen, Premio Nobel de Economía 1998, que he leído recientemente, en que afirmaba entre otras cosas que la Economía de Mercado necesita restricciones pero sobre todo confianza en el otro. Y también es interesante considerar las apreciaciones del financiero y filántropo George Soros para 2009.