Durante unos cuantos años, las lecturas de verano se fraguaban entre las recomendaciones que algunos personajes públicos hacían sobre los libros que pensaban leer, uno de esos libros alcanzó mi interés y mi avidez lectora, se trata de Bella del Señor de Albert Cohen, después leí un texto escrito treinta años antes, Solal.
Bella del Señor siempre me ha parecido una novela recomendable sobre la que se puede tener una magnífica conversación o una reflexión personal entorno a la dimensión del amor; en un espacio muy real, construido sobre la desnudez de los silencios, danzan personajes afectados por la bruma de los sentimientos y se describen entornos sociales enclavados en un período de convulsión social muy concreto de la historia de Europa, la segunda guerra mundial.
Os deseo a todas y todos un feliz verano. Espero que disfrutéis de estas semanas y que nos volvamos a encontrar a la vuelta.