A fin de año el Gobierno Central destapó una de sus medidas ocultas contra el déficit, aumentar la base del catastro que sirve para calcular el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).
En Cornellà, no tendremos que aplicar ese aumento. En los últimos años, ya hemos llevado una gestión prudente de cómo se aplicaba la variación del IBI. Creo, de todas formas, que no es buena idea trasladar ahora a la ciudadanía, en momentos de graves dificultades económicas, la presión fiscal que resulta de la medida que propone el Gobierno, y además hacerlo de forma universal. Porque si aplicásemos el decreto del Gobierno, hemos calculado que supondría un aumento medio del 10% en el recibo de cada vivienda.
Es un mal modo de aliviar las finanzas de los ayuntamientos, por lo que ya he dicho, es un momento inadecuado y no va al fondo de la cuestión de la financiación municipal, algo que desde los entes municipales hemos venido reclamando desde hace años.
Durante las próximas semanas haremos público el coste que representan para cada ciudadano los servicios municipales, cuánta gente los utiliza y en consecuencia lo que les cuesta a los usuarios y a la ciudad cada servicio o equipamiento. Y a su vez, estamos evaluando la deuda de la Generalitat con el Ayuntamiento de Cornellà, para tener en todos los casos elementos justos de valoración de estas realidades.