El pleno municipal de enero aprobó, el jueves pasado, una moción en la que pedimos medidas urgentes sobre la aplicación de la “regla del gasto” a las entidades locales, regla que está incorporada a la ya famosa Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera.
Ahora mismo, parece más bien una medida teledirigida para recortar todavía más la capacidad financiera de los ayuntamientos, y su autonomía a la hora de decidir en qué invertir el dinero, y no, como está presentada la ley, para proteger la estabilidad presupuestaria. ¡Si ni siquiera distingue entre aquéllos ayuntamientos con las cuentas saneadas, como Cornellà, y los que deben centenares o incluso miles de millones, que hay alguno!
Quizá, en los primeros años de la crisis, tenía algo de sentido, porque los ingresos disminuyeron aceleradamente. Esta ley obliga a que cualquier incremento de los ingresos presupuestados sobre los gastos se destine a enjuagar deuda (y un presupuesto es eso: una estimación de ingresos y de gastos). Pero además, la regla del gasto es un instrumento que se ha vuelto de una utilidad perversa: son términos económicos algo complejos, pero en resumen, aunque ingreses más, tu gasto no puede aumentar por encima de un tope que ya viene definido. Esos ingresos de más, no los puedes destinar a crear empleo, por ejemplo. O a los servicios sociales. O a cualquier equipamiento, aunque sea realmente necesario.
Ya hicimos una consulta al Ministerio de Administraciones Públicas en noviembre de 2014, pidiendo aclaraciones sobre la forma de aplicar esta regla. Y ahora, el pleno, PSC, ICV-EuiA, Cornellà en Comú y el grupo mixto hemos apoyado la moción que insta al Ministerio a revisar el diseño de la regla, teniendo en cuenta la realidad de las finanzas municipales, las cuentas particulares de cada corporación. Sobre todo, que las prioridades sean las de la política social, porque el actual modelo deja a los ayuntamientos una capacidad muy limitada, y esa depresión del sector público, sigue lastrando la recuperación económica, que en el fondo todos perseguimos.