Estas últimas semanas se ha enviado a todos los domicilios de Cornellà una carta explicando las líneas generales de los presupuestos del Ayuntamiento para 2017. Hemos intentado presentarlo de una forma más gráfica, en la línea que ya los explicamos en el Cornellà Informa o en la web municipal, en un esfuerzo para hacer más claro y transparente un tema que hace falta reconocer que es difícil de abarcar en pocas frases.
Este presupuesto tiene una ambición clara: defender a las personas y transformar la ciudad, como ya expliqué hace tres semanas. La buena gestión nos permite crecer en políticas sociales, en el mantenimiento del espacio público, y en dinamización cultural, por citar los capítulos más destacados. Y eso, sin subir impuestos: por segundo año consecutivo, se congelan todos, tasas y precios públicos. O sea, que en 2017, las cuotas serán las mismas que en 2015, y mantendremos las ayudas, tanto a personas con menos recursos – para subvencionar parte del pago del IBI, por ejemplo-, como las vinculadas a actividad económica, para facilitar la creación de empleo y de nuevas empresas.
Una gestión rigurosa nos ha permitido conformar un presupuesto serio, en que las inversiones tienen limitaciones, como ya he comentado, en referencia a las restricciones de la Ley de Estabilidad Presupuestaria; pero en el que hay también ambición. Esa ambición es seguir aportando cosas a la ciudad, a lo que vemos por fuera, pero también en su contenido, a las oportunidades de sus habitantes, en que sea más humana, construida a medida de las expectativas que todos deseamos.