Hoy en día, en cualquier ámbito de la vida, es imprescindible que cuando queremos tomar un decisión o solucionar un problema, debemos ser corresponsables de ella. Porque no somos meros espectadores, ni meros clientes: ser ciudadano o ciudadana significa aportar puntos de vista e inquietudes, pero también corresponsabilizarnos de las soluciones.
Este papel activo es importante para decidir, para construir, para crear futuro. Tenemos que asumir un compromiso, aunque sea en una asociación de vecinos, en una asociación de padres y madres o en una comunidad de vecinos. Colaborando activamente con nuestra acción personal en su desarrollo, sostenimiento y actividades.
Ejercer esta corresponsabilidad es válido en cualquier ámbito de la vida, es un deber cívico y más que recomendable a nivel personal. Y también político, por supuesto: gestionar cualquier cosa requiere escuchar mucho para tener toda la información y tomar las mejores decisiones. Exponer nuestras opiniones debe significar a la vez que tomamos partido y nos comprometemos para llevarlas adelante. Eso nos permite conocer qué significa una u otra opción, qué cuesta y qué implica.
Por eso valoro en extremo los procesos en que personas o entidades toman partido por una idea, la promueven y la defienden, hasta implicarse en llevarla a cabo. Son ideas que nos enriquecen como ciudad, y a todos nos permiten madurar como personas.