Esta semana se debatirán de forma definitiva en el Parlament los presupuestos de la Generalitat para 2011, tras superar el debate en comisión, y que CiU tirará adelante con el previsible apoyo del PP. Es hora de analizarlos en frío, y de hablar de sus consecuencias para Cornellà, ya que hay algunas medidas que me preocupan especialmente. Por ejemplo, la situación económica del instituto Joan Miró, el cierre en verano de los consultorios médicos, o la situación del servicio de pediatría, que funcionaba desde el año 93. Son servicios que deberían ser la primera preocupación de este gobierno y que sufren recortes pese a estar consolidados desde hace más de quince años.
Las circunstancias actuales son evidentes, puedo entender algunas medidas, pero en cualquier caso, es recomendable tomarlas desde el consenso y conociendo el terreno que se pisa. El Ayuntamiento de Cornellà no puede suplir el funcionamiento de las administraciones sanitaria y educativa, debemos en todo caso estar al lado de nuestros vecinos y vecinas, y reitero que abiertos siempre al diálogo para reconducir el camino que se empieza a vislumbrar. No podemos retroceder en servicios sociales básicos, en eso nos mostraremos inflexibles, los ciudadanos y ciudadanas de Cornellà no podemos renunciar a cosas que nos han costado tanto esfuerzo conseguir.
Por mi parte, aunque me sienta muy incómodo, ofreceré diálogo para poner de nuevo en marcha los pactos por la educación y por la salud que recojan compromisos vinculantes por parte de la Generalitat. Esos compromisos, en los que se plantean realidades, y no planes utópicos, contribuyen en gran medida a darnos seguridad, a que la ciudadanía afronte con más tranquilidad sus propias situaciones personales, con el apoyo que supone que la administración cumpla su cometido en las políticas sociales fundamentales.