Desde hace tres meses, una unidad especial de la Guardia Urbana patrulla durante las tardes y noches en el barrio de Sant Ildefons, con el objetivo de reforzar la seguridad ciudadana y resolver ciertas conductas incívicas en el barrio. Lo planteamos a modo de prueba: en estos tres meses los resultados han sido muy buenos, y el pasado sábado El Periódico de Catalunya se hizo eco de ello.
Sabemos que la inseguridad o seguridad es una cuestión de percepción, de sensaciones. Pero entiendo que a la ciudadanía no le llaman la atención los datos, que subrayan objetivamente que Cornellà es segura. Prefieren (o preferimos) sentirnos seguros, no que nos digan que lo estamos. Con esta unidad, hemos ensayado una nueva manera de responder a estas inquietudes, que comprendemos, de la ciudadanía, y de solucionar con mayor agilidad ciertos temas. La valoración más importante que podemos hacer son los numerosos comerciantes y vecinos del barrio que nos han trasladado su agradecimiento, su actitud positiva.
Cinco agentes refuerzan y complementan la presencia habitual del guardia de barrio, del turno de noche, y algunas tareas de la unidad de convivencia. Los agentes que forman el grupo se presentaron voluntarios, y lo más novedoso es que reunen dos perfiles diferenciados: agentes con experiencia como guardias de barrio y agentes que formaban parte del grupo de intervención. Los agentes hacen exactamente lo mismo que ha venido haciendo la Guardia Urbana en Sant Ildefons, desde siempre; pero son cinco, y eso da una percepción de seguridad mayor a los ciudadanos y comerciantes del barrio. Hemos detectado además grupos, lugares, situaciones que merecían una mayor atención. Por eso es importante su preparación, su perfil y su manera de moverse. Las buenas valoraciones nos llevarán a estudiar más recetas de este tipo.