De la encuesta de valoración de la gestión municipal que publicamos el mes pasado, se ha desprendido que más de la mitad de los encuestados ponen un notable (la mayoría) o un excelente a esta gestión. Comparándola con una muestra similar de hace cuatro años, de hecho, la imagen del Ayuntamiento ha mejorado en casi todo, y en especial, en el fomento de la participación ciudadana. Sí, yo prefiero hablar de corresponsabilidad, porque de entrada, desde el consistorio nos toca decidir y gestionar, pero eso sí, con el máximo diálogo y colaboración, sin dejar de escucharos, a vosotros la ciudadanía, atendiendo vuestras propuestas y valorando vuestras críticas a la hora de tomar las decisiones.
Es cierto que estos últimos años hemos querido subrayar estos espacios de responsabilidad compartida, que nos permiten gestionar la ciudad con la colaboración de todos, con más atención al día a día, ahí está el proyecto A Prop Teu, que se basa en la proximidad y en la respuesta inmediata, o la APP de Seguridad.
Pero lo lógico, para vosotros, para que nos entendamos, es que acotéis el concepto de proximidad al contacto directo. Y de eso os podría hablar un buen rato: detallar las personas a las que visito en su casa, que tienen ideas o propuestas que quieren explicarme en directo, de quizá un centenar de personas por año que vienen a mi despacho, a veces planteando situaciones realmente difíciles, o unas 1.200 que pueden haberme escrito también en un año a través del blog, opinando, consultando o comentando cualquier cuestión sobre la ciudad. Además de todos aquellos con quienes me encuentro por la calle, casualmente, o en fiestas y actividades ciudadanas.
Esos también son espacios de intercambio, de dialogar, de compartir, que valoro y que pueden ilustrar la idea inicial de muchas acciones que llevamos a cabo desde el gobierno municipal. No soy persona de compromisos vacíos, ni de prometer soluciones alegremente, pero sí me comprometo a pensar en lo que pueda resultar razonable para el conjunto de la ciudad a través de ese contacto. Es más, todas esas opiniones demuestran, por encima de todo, que nuestra ciudad no es uniforme (por suerte). Hay opiniones contrapuestas y lo que sería bueno para unos, puede encontrarse con una posición vehemente y absolutamente contradictoria por parte de otros. Encontrar el equilibrio, a veces, puede ser complicado. Pero claro, en ese equilibrio y la capacidad de valorar el alcance, los condicionantes y los resultados, reside buena parte de nuestro esfuerzo desde la administración municipal.