Hemos planteado para este año 2018 un ritmo inversor coherente con lo que ya hemos puesto en marcha en los últimos años, y progresivo, a pesar de contar fundamentalmente con nuestros propios recursos. El plan de inversiones asciende a 5 millones de euros, ajustándonos a los condicionantes y limitaciones legales.
En un lugar destacado está la biblioteca para Fontsanta-Fatjó. Tiene un coste total de 2,7 millones, cofinanciados con el Área Metropolitana de Barcelona, en el que la aportación municipal es de 1,4 millones. Es un compromiso que planteamos al iniciar el mandato y que ya se podrá hacer realidad este año. No podemos decir lo mismo de la biblioteca de Almeda, que también la incluimos en nuestra propuesta de gobierno, pero debido a una serie de dificultades administrativas con la Generalitat de Catalunya, sus obras están paradas. Aunque el acuerdo que hemos alcanzado facilitará que las obras empiecen después del verano.
En segundo lugar, muchas de las principales actuaciones están enmarcadas en el proyecto Cornellà Natura, porque esa es la línea que iniciamos en 2016, y que poco a poco irá transformando nuestro entorno. Están proyectos en plazas de la avenida Baix Llobregat, que ya han empezado, en las calles Urgell y Empordá, un plan de mejora de los caminos rurales del río, etc.
Y en tercer término, destacar la presencia de los proyectos impulsados a través de los presupuestos participativos, son un total de ocho propuestas que suman 670.000 euros. Diversas de ellas tienen que ver con espacios educativos y el medio ambiente, porque esas son las que los ciudadanos y ciudadanas propusieron y votaron.
Más allá de estos tres capítulos principales hay otro tipo de actuaciones de conservación en infraestructuras y equipamientos, de menor cuantía pero igualmente importantes para mantener la ciudad a tono, y actuar donde detectamos problemas, o donde la propia ciudadanía nos advierte, como es el caso de las aportaciones desde la plataforma A Prop Teu.
Por tanto, como es habitual en el capítulo de inversiones, tiene mucho peso la mejora del espacio público, pero también vemos como su parte social, la de dotarnos de los servicios que la ciudad requiere, va añadiendo elementos y piezas importantes. Estas piezas van a dar equilibrio a todo, a la ciudad, a la parte más humana, con las infraestructuras, los equipamientos, aquello que nos hace más cómodo vivir en ella y crecer en calidad de vida.