Hace unas semanas realizamos en la ciudad la
II Jornada de la Alianza Cívica contra la Pobreza en la que analizamos
el panorama laboral que teníamos sobre la mesa. La conclusión a la que
llegamos es que no debemos bajar la guardia, porque a pesar de que los
niveles de empleo aumentan y se producen más contrataciones, los puestos
de trabajo generados son más precarios y en muchos casos insuficientes
para mantener una familia, con el riesgo social que ello supone y la
situación de vulnerabilidad a la que se ven abocados muchos hogares.
El desempleo es un problema para el que las administraciones locales no tenemos solución, ni tampoco competencias, pero es un tema que en Cornellà nos ha preocupado siempre, y mucho más a raíz de la crisis. Por eso, una de las primeras medidas que impulsamos hace nueve años cuando pusimos en marcha el Acuerdo Social contra la Crisis, con el apoyo de entidades de la ciudad, fue poner en el orden de prioridades la generación de empleo, contando nuestros propios recursos. Desde entonces los Planes de Empleo Local han aumentado de forma progresiva con dotaciones económicas que superan el millón de euros anual, pero también hemos detectado que son necesarias iniciativas que ayuden a las familias a sustentarse a pesar de disponer de un salario.
En
el ámbito de creación de empleo, hemos superado con creces los
compromisos que asumimos inicialmente, con centenares de
contrataciones anuales a través de los planes de ocupación, pero también
con contrataciones para eventos de la ciudad o para sustituciones en el
ámbito de la administración local. Manejamos unas cifras que rondan las
1.900 contrataciones en los últimos cuatro años. Son contrataciones
temporales (en los Planes de Ocupación Local de 9 meses), pero que han
intentado paliar situaciones de riesgo de exclusión social. Además hemos
estado al lado de emprendedores, con ayudas económicas y fiscales y con
servicios de asesoramiento e información.
Pero
no sólo nos hemos preocupado de que las personas más vulnerables
tuviesen acceso a un puesto de trabajo, también hemos puesto en marcha
toda la maquinaria municipal para que las políticas sociales llegasen al
corazón de los problemas, a no dejar a nadie atrás. Por eso nuestro
compromiso también ha sido gestionar que las personas que se encontraban
al límite de la pobreza, no traspasen esa línea roja, con ayudas como
el Plan de Mejora de Rentas Bajas o las becas comedor o la tarificación
social, entre otros.
Evidentemente
no hay una fórmula mágica, pero lo que si podemos afirmar es que en
ningún momento nos hemos acomodado, ni paralizado, al contrario, hemos
ampliado nuestra red de asistencia social y de recursos para intentar
proteger y mantener la cohesión social de nuestra ciudad. Y seguiremos
haciéndolo.