Entre los datos que maneja el famoso informe Pisa publicado hace unos días, se indica que la tasa de repetidores de los estudiantes españoles continúa siendo demasiado alta, aunque Catalunya está muy por debajo de la media. Y con los datos de Eurostat, también nos han advertido en más de una ocasión que nuestro país sigue destacando por el número de abandonos escolares, aunque las cifras han mejorado significativamente los últimos diez años.
Pero las segundas oportunidades debe existir. Y en la escuela, en la etapa de formación de los jóvenes que deben hacer el paso de los estudios al trabajo, son imprescindibles.
El GarageLab de la Fundació El Llindar que se presentó en noviembre es un proyecto conjunto con la Fundación Orange para acercar la formación profesional a las “habilidades demandadas”, es decir, a los trabajos que las empresas buscan, y en este caso con jóvenes que no terminaron la ESO y buscan una segunda oportunidad. Así, el aula facilita, por parte de la institución asociada a la empresa tecnológica, el equipamiento necesario para que los estudiantes adquieran competencias profesionales, además de formación específica al profesorado. El alumnado de los diferentes itinerarios que imparte El Llindar puede incorporar el GarageLab a su currículum, en el marco de una transformación de la metodologia educativa por parte de la entidad.
El aula tiene 245 metros cuadrados, herramientas creativas de fabricación digital, está en Cornellà, en la avenida Alps, y gracias a este acuerdo puede beneficiar a unos 160 jóvenes que buscan su segunda oportunidad. Y es importante que estas oportunidades existan, y que se la podamos ofrecer, y que la puedan aprovechar. Todos ganaremos con ello.
