Hace unos días, junto los alcaldes de Sant Boi, Gavà i Viladecans, hemos vuelto a pedir por carta al presidente de la Generalitat, Artur Mas, una entrevista urgente para abordar los planes de futuro y las medidas que tenga previstas ante la gravedad de la crisis en el Baix Llobregat.
Ya la pedimos hace cuatro meses y por toda respuesta, se nos contestó que compartía nuestra preocupación. Después vino el 11 de septiembre, la campaña electoral, las elecciones... y nada más. La situación empieza a ser insostenible. Comparto con el resto de alcaldes más que preocupación, porque nuestra responsabilidad de gobierno no nos permite mirar hacia otro lado.
La crisis está en el tejado de todos, y no es una buena excusa escudarse en ella para esconder una falta absoluta de proyectos que fomenten el desarrollo económico. El año pasado sólo apareció Eurovegas, una propuesta sin conocer los detalles ni con un mínimo consenso, pero que generó expectativas entre buena parte de la población. Lamentablemente la sensación es que no hay nada más. La tasa de paro supera la media catalana, continúan las infraestructuras encalladas, los cierres de industrias, sin ningún esfuerzo en buscar alternativas. Muchas familias están viviendo en circunstancias muy duras, y ahora mismo en el horizonte solo hay temor.
La ciudadanía quiere respuestas y no cambios de juego, despistes, promesas y planes fatuos que no van a solucionar lo realmente importante. Lo peor de todo es la profunda desigualdad con que este gobierno de la Generalitat trata a esta comarca, y ahí están los datos de inversión por habitante para quien quiera contrastarlos. Ni podemos, ni queremos mirar hacia otro lado.