En diciembre pasado poníamos en marcha en la ciudad un proyecto importante, muy importante, quizás desapercibido, pero que nos ha supuesto meses de trabajo y diálogo con muchos colectivos diferentes: la Botiga Solidària. Ésta tiene el objetivo de gestionar ayudas en forma de alimentos básicos para redistribuirlos a familias que los necesitan.
Teníamos la intención de atender a 400 familias en situación de pobreza al año, pero la dura realidad continúa avanzando y ya son cerca de 600. Si podemos cubrir la demanda es gracias a la participación de la ciudadanía que aporta alimentos, de los voluntarios que están detrás organizándolo, de las entidades que se han coordinado para recoger el esfuerzo de la entidad que lo hacía hasta el año pasado, comercios, parroquias... de todo el mundo que, en la medida que sea pone su grano de arena solidario.
Pero no podemos bajar la guardia, esta complicidad se tiene que mantener. Estamos dando esperanza y ayuda directa a personas que no tienen otra salida, a más de mil personas de la ciudad, que se dice pronto. Por Navidad es más habitual oír hablar de este espíritu solidario, participar y colaborar en él. Ahora estamos ya en el mes de mayo y por eso hacemos un primer balance de este proyecto comunitario, que quiero recordar que ha sido impulsado por el Acuerdo Social. Es bueno hacer balance ahora para no olvidar que la situación es la que es, y que, en la medida de nuestras posibilidades, tenemos que intentar ser solidarios todo el año.
La Botiga Solidària forma parte de las pequeñas piezas de la estrategia contra la crisis que nos hemos propuesto sacar adelante, pero otras muchas cosas forman parte de ello. Otro ejemplo, la Oficina de Mediación Hipotecaria, en que confluye el esfuerzo del Ayuntamiento con el apoyo de la Federación de Asociaciones de Vecinos y otras entidades para negociar soluciones o buscar alternativas para las familias en riesgo de perder su casa. O las primeras Jornadas por la Dignidad, del 21 al 26 de mayo, de las que volveré a hablar los próximos días, que van a servir para movilizar a un buen número de entidades que están de acuerdo en plantar cara a los recortes de todo tipo de derechos.
En resumen, todo forma parte de un esfuerzo comunitario, de una actitud sensible ante lo que pasa a nuestro alrededor, que están haciendo posible proyectos que son mucho más que buenas ideas.