Ante la grave y dolorosa crisis humanitaria que estamos viviendo en Europa por el éxodo masivo de miles de personas que llegan a las fronteras europeas huyendo de conflictos armados, se ha producido una importante cadena de solidaridad por parte de la sociedad civil y se han puesto en marcha medidas para ofrecer ayuda y asistencia inmediatas.
Desde el principio, en Cornellà nos hemos mostrado solidarios, sumándonos recientemente a la Xarxa de Ciutats Refugi, promovida por Barcelona y poniéndonos a disposición de los organismos supramunicipales para ayudar en la medida de nuestras posibilidades.
Pero por encima de la solidaridad individual o colectiva, lo que es prioritario es que los gobiernos y las administraciones europeas, en su conjunto, adopten medidas contundentes coordinadas y efectivas, sustentadas en un marco jurídico y legal adecuado, que garanticen la estabilidad y el bienestar de los refugiados. La desigualdad entre continentes y entre países es un escándalo mayúsculo que sociedades desarrolladas como las nuestras no deberían permitir jamás.