El año pasado, por estas fechas, recordaba el triste suceso de la desaparición de Cristina Bergua Vera, que marcó un antes y un después para sus padres Juan y Luisa, fundamentalmente, y para todo su entorno familiar, sus amigos, y también para nuestra ciudad. Han transcurrido 20 años y parece que fue ayer. Hay hechos en la vida que te marcan, y éste fue uno de ellos. Lo he ido recordando año tras año, en cada uno de los encuentros que he tenido con ellos dos, con los representantes de la Institución que fundaron conjuntamente con otros familiares de personas desaparecidas sin causa aparente (INTERSOS), con las personas que vivieron los primeros días y meses de este trágico suceso y con aquellas que a lo largo de los años les han ido acompañando en esa lucha que mantienen desde el primer momento para encontrarla, para saber qué sucedió.
Hace tan solo 4 días, muchos ciudadanos y ciudadanas de Cornellà y de otras localidades de Cataluña, se volvieron a concentrar, de forma silenciosa en la plaza de los Enamorados para acompañar a los familiares de personas desaparecidas para expresarles, de nuevo, su solidaridad, apoyando sus legítimas reivindicaciones. Este año no he estado físicamente con ellos, precisamente porque la Fundación Quién Sabe Dónde Global, que preside el periodista Paco Lobatón, ese mismo día, el Día de las personas Desaparecidas sin causa Aparente (declarado por el Congreso de los Diputados el año 2010 a petición fundamentalmente de INTERSOS) entregó a nuestro Ayuntamiento el Premio a “La Mejor Acción Institucional en el ámbito local” por nuestra colaboración como institución con esta entidad.
Ha sido quizás el reconocimiento más agridulce que he recibido. Paco me llamó minutos después de la decisión del Jurado para transmitirme esa decisión y después de agradecérselo, pasaron de nuevo por mi cabeza un conjunto de instantáneas, de todos aquellos momentos que vivimos tan intensamente los primeros días de hace 20 años, y también todos los encuentros y gestiones que hemos ido haciendo para intentar poner un poco de luz a ese túnel del que todavía no hemos podido salir.
Recibimos el galardón con orgullo, pero tristes al mismo tiempo, porque nuestros esfuerzos y trabajos no han logrado poder dar respuestas a los interrogantes y al desconsuelo de Juan y Luisa sobre la desaparición de su hija, de Cristina, como de tantos otros casos que aún siguen abiertos. Aún así seguiremos al lado de ellos, colaborando con las entidades que persiguen encontrar a personas que un día dejaron de estar a nuestro lado sin saber la causa ni el porqué. Es una batalla que empezó hace 20 años, pero que seguimos recordando como si fuera ayer.