Las bajas temperaturas de los últimos días nos hacen reflexionar sobre las medidas preventivas para hacerles frente y la necesidad de tener los hogares con adecuados niveles de confort, principalmente para los colectivos más vulnerables, como pueden ser las personas mayores o los niños. Es una necesidad, no un lujo, y muchas familias se pueden ver privadas de ello por temas económicos, al no poder hacer frente a las facturas de las empresas suministradoras. Esta realidad, que hemos vivido y seguimos teniendo en la ciudad, se recrudeció durante los años más intensos de la crisis y persisten en la actualidad.
Por ello, al amparo del Acuerdo Social de la ciudad, hace unos años pusimos en marcha la Oficina de Eficiencia Energética, un servicio municipal, ofrecido a partir del convenio firmado entre el Ayuntamiento de Cornellà y el Área Metropolitana de Barcelona, para impulsar acciones que nos permitiesen atender los casos de pobreza energética de la ciudad e informar y asesorar a las personas que lo necesitasen, sobre medidas para ahorrar en estos consumos.
Desde 2016 hasta ahora, la Oficina de Eficiencia Energética (ubicada en el edificio municipal de Can Mercader) ha otorgado más de 4.000 ayudas para el pago de suministros (agua, luz y gas), dando asistencia a más de 500 familias. Además se han realizado más de 300 auditorías en domicilios para informar y asesorar sobre medidas de ahorro.
Es un servicio municipal necesario y en sintonía con las necesidades reales de una ciudadanía en dificultades que tienen derecho a disfrutar de estos suministros; y nos corresponde, dentro de nuestras posibilidades, atender y ofrecer alternativas. No podemos mirar hacia otro lado.