El tiempo
se nos ha detenido. Aún así hemos intentado asimilarlo a través de ranuras emocionales,
creativas y solidarias.
Nos hemos
acercado más, y muchos esperamos que esta experiencia sobrevenida nos haga
mejores, más atentos a defender y garantizar las necesidades básicas, más
dispuestos a no dejarse seducir por lo banal, a rebajar en la báscula el peso
del egoísmo individual, a tener presente que los seres humanos también formamos
parte de la imperfección, la contradicción y la indecisión. Lo que nos ha
sucedido no puede quedar en una quimera.
En nuestra
ciudad más de mil personas se han visto afectadas por el coronavirus, y casi cien
han perdido la vida (datos de la Conselleria de Sanitat). Se han librado muchas
batallas de soledad, esfuerzo, lágrimas, desánimo, la mayoría ocultas para
nosotros, por ese motivo ahora no podemos relajarnos, todos esos desafíos con
resultado desigual no pueden pasar desapercibidos, el virus nos ha tocado. Ahora
tenemos que asumir nuestra responsabilidad individual, no se pueden entumecer
nuestras obligaciones. Se trata de no bajar la guardia, ser responsables y
llevar a cabo el cumplimiento de cuatro reglas de autoprotección.
No podemos olvidar
que el virus no ha desaparecido, y que no se trata de acabar en el Hospital o quedarse
sin empleo, no podemos dar ningún paso atrás por inconsciencia. Hay que
orientar toda nuestra inteligencia emocional y racional a afrontar las
consecuencias de esta crisis sanitaria, y evitar escenarios nuevamente duros que
nos distraigan del combate contra la crisis económica y social que se prevé.
En nuestra
ciudad, en estos meses hemos ido tomando muchas decisiones, (adjunto memoria de las acciones que hemos llevado a cabo) y en estos
momentos estamos preparando nuevas actuaciones relacionadas con impulsar medidas
de fiscalidad, favorecer una movilidad más sostenible, alcanzar un nuevo
acuerdo de ciudad entorno a la Agenda social y urbana para fortalecer nuestra
comunidad, y de forma prioritaria un nuevo Plan de Protección Social para abordarlo
en los próximos meses.
Es en este
Plan, en el que me quiero detener y extender, hay previstas acciones complementarias
en materia de cohesión social, se establecerán ayudas para afrontar
obligaciones tributarias, programas de estímulo económico y de impulso de la
actividad económica de proximidad, encaminadas a paliar los efectos de la crisis
sanitaria.
El Plan de Protección Social se estructurará en dos ámbitos orientados
a reducir el coste social y económico producido por esta crisis. El primero
destinado a apoyar a las personas más vulnerables, que disponen de menos
recursos y posibilidades para poder hacer frente a la situación excepcional y
extraordinaria que estamos viviendo, y el segundo dirigido a apoyar la
actividad comercial de proximidad, integrada por el comercio, los autónomos y
las pequeñas empresas.
Entre estas
medidas activaremos un nuevo programa de refuerzo educativo, solicitaremos que
se establezca una financiación especial para el próximo curso escolar, al igual
que ha habido para otros ámbitos sociales y económicos, y esperamos que los
responsables de Educación de la Generalitat de Catalunya nos acompañen.
En las
próximas semanas y meses nos jugamos mucho colectivamente. Tenemos pocas
certezas sobre cómo lo afrontaremos y que nuevas vicisitudes se presentarán en
estos instantes críticos. No se trata de heroísmos ni clarividencias, pero haríamos
bien en mirar de frente a la situación, reconociendo que los elementos no son
favorables, para no desaprovechar nuestras posibilidades y sumar energías.
Nadie aspira a ir contra el viento, pero esta situación ha descolocado nuestro
centro de gravedad, y entre todos hemos de evitar desplazarnos en dirección a
la vulnerabilidad.