Entre las medidas de choque que decidimos poner en marcha esta primavera, había un importante apartado dedicado a las consecuencias económicas que la crisis del coronavirus iba a tener para el pequeño comercio. Sobre todo, en primer término, las semanas de confinamiento, que obligó al cierre de algunos, a recortar personal... La situación es muy diversa según los sectores, y también las complicaciones que siguen teniendo a causa de las medidas preventivas.
En resumen, hubo una decaída del consumo evidente, junto con el aumento de las compras por Internet, el aumento del paro, etc. Por eso, planteamos ayudas directas, pero también buscamos un plan para estimular la compra en esos pequeños locales, porque las ayudas de poco sirven sin el eslabón más importante: que los clientes llenen cada comercio, esos locales que, además de significar puestos de trabajo dan sentido a nuestros barrios y trama urbana: panaderías, fruterías, peluquerías, restaurantes, tiendas de muebles, de electrodomésticos, y por supuesto los mercados municipales, todo lo que queráis.
Para aplicar ese estímulo, planteamos, y ahora ya está en marcha, la comercialización de una tarjeta que sirva para gastar dinero en el comercio local. El Ayuntamiento aportó 300.000 euros a la campaña, y las tarjetas ya se están distribuyendo entre quiénes las soliciten a través de la web https://compracornella.cat Con esta tarjeta, conseguiremos que se gaste hasta un millón de euros en los pequeños comercios de Cornellà durante las próximas semanas.
Ha habido otras decisiones y medidas de estímulo económico, pero voy a subrayar, una vez más que como ciudadanos y ciudadanas, somos el eslabón fundamental, si queremos una ciudad con vida y con suficiente densidad comercial, compremos en nuestras tiendas, saquemos partido de todas sus ventajas. Sumar como comunidad, también nos acerca a un comercio comprometido, que aporta y es parte activa de nuestro tejido urbano y social.
